Hola, ¿cómo estás? Somos Gastón y Silvana
Éste es un emprendimiento familiar. Su idea surgió a principios de 2010, y diferentes decisiones familiares hicieron que este sueño quedara postergado en el tiempo, pero no olvidado. El tiempo transcurrido nos permitió detenernos, observar, vivir experiencias y reflexionar… dando lugar a un sentido, crecimiento y comprensión… en definitiva a respetar los tiempos, los ciclos para lograr enraizar.
Enraizar, este es el nombre que floreció del proceso vivido. Sumando a ello el acercamiento a la cosmovisión aymara. De la unión de ambas experiencias nace Saphintaña. Que da nombre al camino transitado, al proceso de maduración y fruto de cada esfuerzo.
Saphintaña no es solo un nombre. Es una manera de ver, comprender y relacionarse con nuestro planeta. El fin primordial de esta cosmovisión es lograr un equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, basándose en un profundo respeto por el medio ambiente. Nos invita a que respetemos y protejamos la vida de la flora, la fauna, la tierra y sus procesos de producción.
Enraizar no es quedarnos inmovilizados, sino que es estabilidad en el permanente movimiento de nuestro entorno en constante cambio. Nos llama a generar de forma consciente unas raíces que nos unan a la Madre Tierra. Encontrando de esta manera la calma en el movimiento, aprendiendo a observar, a conocer y construir el camino. Enraizar es tomar consciencia de que somos parte de un todo. Comprender que volver a la Pachamama (Madre Tierra) no es una moda, sino una necesidad. Es reconocer que nuestro cuerpo y cada elemento que lo constituye como materia orgánica, es parte de la tierra.
Saphintaña… es estar en equilibrio con la tierra. Y es lo que queremos compartir con vos.